El problema de la demarcación
El ser humano lleva siglos intentando encontrar las demarcaciones que separen diversos conceptos que a estas alturas debería estar claro que no las tienen, pero nos empeñamos en seguir haciendo el gilipollas y por eso estamos como estamos.
Como decía cierto biólogo evolutivo, “pez” no es una categoría válida pero en cambio todo el mundo sabe que una lubina es un pez en cuanto se la pones delante. O dicho de otro modo y ya entrando en materia, y aunque muchos melenudos se empeñen en negarlo, la frontera entre el rock y el heavy metal no existe. Al menos no como una línea en un mapa, sino que es más bien una tierra de nadie muy amplia donde caben un montón de bandas que según a quién le preguntes van en un saco o en otro, y que a efectos prácticos es un espacio mucho más grande que el que ocupan las bandas cuyos estilos están completamente definidos.
Es decir, que nadie discute que Slipknot o Megadeth son heavy metal pero estoy seguro de que aún hoy, treinta años después, seguimos sin ponernos de acuerdo sobre si Fuel de Metallica es heavy metal o hard rock. Y ya no digamos si empezamos a intentar clasificar a Motörhead, que ellos siempre dijeron que “we play rock and roll”, que es exactamente lo que hacían, si tenemos en cuenta que no se entiende la historia del heavy metal sin su influencia mientras que para los rockeros más puros pasaron totalmente desapercibidos.
Por supuesto hablo de intentos de clasificación llevados a cabo por gente con criterio que intenta dilucidar un tema, no de indocumentados como los americanos, que llaman “metal” a cosas como KISS, Led Zeppelin o AC/DC.
¿En serio tiene esta gente pinta de tocar heavy metal?
En plena zona de demarcación, que ya hemos visto que tiene la anchura suficiente como para permitir el paso de un titán Imperator de Warhammer 40,000 puesto de través, existe un espacio muy especial reservado para música compuesta de una manera e interpretada de otra. Generalmente esto ocurre cuando se juntan unas influencias determinadas con una manera de concebir el sonido de una banda. Esto, que es mucho más común de lo que podría parecer, ocurre cuando se juntan músicos con diferentes backgrounds e influencias y deciden componer de una forma que satisface a todos sin que nadie se vea excluido.
Influencias, trasfondo y robar como un gran artista
Es perfectamente posible vislumbrar las influencias de cualquier músico si se cumplen las siguientes condiciones:
- A) sabes qué influencias son, porque ellos mismos lo han dicho, y
- B) has escuchado a esas influencias prestando atención.
Por ejemplo, sabiendo que el mayor ídolo de Mike Portnoy es Neil Peart, porque lo dice siempre que le preguntan, y habiendo escuchado Rush, es muy sencillo comprobar la de cosas que aprendió Portnoy escuchando al Profesor. Luego podrá decir que si John Bonham y que si Ringo, pero el que realmente le marcó en su estilo es Peart y se nota a la legua.
Esto se aplica también al tema que nos atañe. En casos como el de Portnoy las influencias se alinean con el resultado porque Rush también hacían rock progresivo igual que Dream Theater, de manera que las consecuencias se parecen mucho a las causas y pasan más desapercibidas, pero en otros casos las diferencias entre lo que entra y lo que sale son lo suficientemente grandes como para resultar evidentes.
El ejemplo más claro que se me ocurre es el de Zakk Wylde, un señor incapaz de que todo lo que toque no suene a rock. De hecho, creo que el único momento en sus casi 40 años de carrera en que no ha añadido una capa más que evidente de rock sureño a sus interpretaciones es justo ahora cuando está de gira con Pantera, y únicamente porque se limita a tocar lo que compuso Dimebag en su momento sin añadir nada de cosecha propia. Sin embargo, basta escuchar cualquiera de los temas que compuso junto a Ozzy Osbourne en su carrera en solitario para darse cuenta de que Zacarías compone temas que son rock en su composición pero heavy metal en su ejecución.
Me ha costado llegar, pero aquí estamos. Porque este es el tema del post, amigos y amigas: canciones que son espiritualmente rock pero ejecutadas como heavy metal y al revés, canciones de heavy metal ejecutadas como rock.
We few, we happy few, we band of brothers
Empezamos con temas que son rock ejecutado como heavy metal y el mayor ejemplo de esto lo encontramos en Alice in Chains. Jerry Cantrell es uno de los músicos de rock más infravalorados e injustamente olvidados de la historia, un señor cuya contribución al género es tan grande como la de cualquiera de los titanes del rock noventero en los que todo el mundo piensa cuando se menciona el tema, solo que él está vivo y sigue dándonos buenos ratos mientras que el resto se murieron con sólo un disco a sus espaldas, o como mucho dos, y parece que eso a veces pesa más que 30 años de carrera. Que la mayor influencia declarada de Cantrell sea Tony Iommi se entiende enseguida a poco que escuches cosas como estas.
Alice in Chains - Check My Brain
Alice in Chains - Get Born Again
¿Lo ven, estimados lectores? Seguro que alguno de ustedes, hasta hace cinco minutos, pensaba que Alice in Chains era una banda de grunge. Vamos, indiscutible, como que el sol sale por el este, ¿verdad? Y ahora de repente están viendo a Tony Iommi manipular a Jerry Cantrell como si fuera una marioneta mientras componía esos riffs pesadísimos, esa opresión sonora, esos martillos pilones a 4/4 con el bombo de Sean Kinney marcando las negras como si le debieran dinero. Pero también están esos solos y esas progresiones de acordes que se acercan más al rock and roll que al heavy metal. El equilibrio perfecto, si me preguntan.
¿Significa eso que Alice in Chains es heavy metal? No, obviamente, por lo mismo que una gamba no es un pez aunque ambos vivan en el agua, porque las diferencias con, digamos, una merluza son demasiado numerosas y evidentes como para afirmar que es un pez. ¿Es entonces una banda de rock? Pues igual que una ballena nada como un pez, vive en el agua como un pez, tiene forma de pez pero hay un pequeño detalle sin importancia que hace que no sea un pez, en cuanto prestas atención a la ejecución de los temas en lugar de a la composición te das cuenta de que Jerry Cantrell está a dos telediarios de componer doom metal y tampoco puedes volver a verlos del todo como una banda de rock propiamente dicha.
Por no hacerlo demasiado largo, cambiamos ahora de tercio al heavy metal de espíritu que por lo que sea es ejecutado como rock. En el caso que nos ocupa, el de Ozzy Osbourne en solitario, el “lo que sea”, como ha quedado establecido, se llama Zakk Wylde.
Si bien es cierto que en la carrera de Ozzy, tanto en solitario como en Black Sabbath, a veces es complicado distinguir dónde empieza el hard/blues rock y dónde acaba el heavy metal, porque por mucho que lo inventaran entre él, Iommi, Butler y Ward las influencias son las influencias, es en su carrera en solitario con Zakk cuando más se nota. Y hago ese matiz porque aunque la música de la banda en las primeras etapas, con Randy Rhoads y Jake E. Lee, sigue sonando a las dos cosas a la vez es con Zakk cuando realmente se nota el rock and roll.
Ozzy Osbourne - Mama, I'm coming home
Este temazo, que tiene el que posiblemente sea mi solo favorito de la historia del rock (por si se lo preguntan, mi solo favorito de la historia del heavy metal es el de Tornado of Souls), es innegablemente rock and roll. No es posible catalogarlo de nada que no sea rock and roll. Quicir, miren esa entrada con guitarra acústica con cuerdas de acero bordeando el country, prefigurando el sonido que usaría Bon Jovi en su Keep the faith (o que usaron Extreme en More than words, que los primerísimos noventa están plagados de bandas de rock usando ese sonido). Si hasta está compuesta en mi mayor, por amor de dios.
Es imposible verla como otra cosa que no sea rock, ¿verdad? Bueno, depende. Cuando suena Zakk ahí atrás como quien no quiere la cosa, con esos arreglos distorsionados llenos de armónicos, y cuando entra el solo, que hasta te imaginas a Zakk poniendo el pie en el monitor y levantando la cabeza en el escenario, se ven asomar los cuernos. De hecho es perfectamente posible afirmar que la segunda parte del tema es un baladón heavy que ya quisieran los Scorpions. El tema empieza con un rollito sureño, western y acústico y acaba siendo un mastodonte distorsionado y con armónicos.
Y todo culpa de Zakk. Como en el siguiente tema.
Ozzy Osbourne - Countdown's begun
La ejecución es heavy metal, el espíritu es rock. A estas alturas del artículo, si han ido escuchando todos los temas que les he puesto (y es mucho pedir, lo sé, no se preocupen) ya deberían hacer las conexiones mentales de manera automática. Por tanto, no diré nada sobre este temarral absoluto, pero, si les quedan dudas, ahí va otro que discurre por la misma senda pero de manera aún más descarada.
Ozzy Osbourne - I don't wanna stop
Como coda al post añadiré un tema que no encaja en ninguna de las dos clasificaciones anteriores, lo cual no deja de ser apropiado para un texto que se basa en la premisa de que las clasificaciones son más inútiles que ponerle cenicero a una moto.
Guns'n'Roses - Nightrain
Ahora sí que les he dejado a cuadros, a que sí. No me extraña, yo mismo no entiendo qué pasó aquí. Ninguno de los Guns originales es sospechoso de ser metalero y ninguno de ellos ha vuelto a componer nada que flirteara tanto con el heavy metal, pero ahí está. Hagan un pequeño experimento mental: suban el tempo unos veinte o treinta bits por minuto (o pongan la velocidad de reproducción de Youtube exactamente a 1.20), imaginen que el que canta es Bruce Dickinson y en lugar de la batería de Steven Adler y su rollito con el cencerro piensen en el groove de Nicko McBrain.
¿Lo ven? ¿A que empieza a asomar cierta banda británica cuya mascota es un zombie?
Pues ya no van a poder dejar de verlo.